Mito #1: “Caro siempre es mejor”
Realidad: El precio puede reflejar el empaque y el marketing, no la potencia del producto.
Consejos de expertos:
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Compara el precio por ml y las concentraciones activas, no solo el nivel de la marca.
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Vale la pena pagar más por activos sensibles a la estabilidad (vitamina C, retinal) y envases herméticos.
Mito #2: “Los productos coreanos baratos son falsos”
Realidad: Las cadenas de suministro locales competitivas mantienen los costos bajos sin comprometer la calidad.
Consejos de expertos:
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Verifica los códigos de lote, los símbolos PAO y la lista INCI completa; evita productos con sellos dañados.
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Las muestras pequeñas son una forma inteligente de probar antes de comprometerte.
Mito #3: “K-beauty es de menor calidad que las marcas europeas”
Realidad: Los cosméticos coreanos son conocidos por su fabricación estricta e innovación rápida.
Consejos de expertos:
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Evalúa la textura, estabilidad, empaque y tus propios resultados en lugar de etiquetas como “occidental vs oriental”.
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Observa la respuesta de la piel durante 6–8 semanas en lugar de juzgar en 3 días.
Mito #4: “Solo las marcas famosas son buenas”
Realidad: Las marcas de nicho suelen liderar con texturas innovadoras y complejos calmantes.
Consejos de expertos:
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Lee más allá del marketing: busca porcentajes clínicos y vehículos que reduzcan la irritación.
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Diversifica: una marca principal + una marca de nicho para necesidades específicas.
Mito #5: “Premium es solo marketing”
Realidad: Algunas líneas premium justifican su precio mediante tecnología, pruebas y sistemas de liberación avanzados.
Consejos de expertos:
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Paga por lo que realmente necesitas: estabilidad, sensación sensorial o activos validados — omite el resto.
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Crea una “cesta mixta”: limpiador/esencia asequible + sérum de gama media + protector solar o retinoide premium.
Conclusión: El valor = resultados a lo largo del tiempo, tolerancia y placer de uso — no el precio de la etiqueta.

