Mito #1: “La esencia es innecesaria”
Realidad: Las esencias son concentrados acuosos humectantes (a menudo fermentados) que mejoran la flexibilidad y la absorción.
Consejos de expertos:
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Aplica 1–2 dosis sobre la piel húmeda; si está deshidratada, usa 2–3 capas finas (“microcapas”).
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Combina con una crema ligera u oclusiva para “sellar” la hidratación.
Mito #2: “El sérum es solo una crema cara”
Realidad: Los sérums contienen una mayor concentración de activos para resultados específicos (tono, textura, imperfecciones).
Consejos de expertos:
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Elige según el objetivo: luminosidad (vitamina C/niacinamida), textura (retinoide), imperfecciones (BHA).
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Usa una cantidad del tamaño de un guisante; aplica de textura ligera a más densa, después de la esencia y antes de la crema.
Mito #3: “La crema de ojos no sirve”
Realidad: La piel periocular es más fina y sensible; las texturas y dosis específicas ayudan a su tolerancia.
Consejos de expertos:
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Para bolsas: cafeína + péptidos; para líneas finas: retinoide de baja dosis o bakuchiol.
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Usa una cantidad del tamaño de un grano de arroz, da golpecitos sobre el hueso orbital; evita arrastrar la piel.
Mito #4: “Las mascarillas solo actúan en la superficie”
Realidad: Las mascarillas aportan efectos breves e intensivos (hidratación, calma, luminosidad) que potencian la rutina.
Consejos de expertos:
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Mascarilla en hoja 1–3×/semana durante 10–15 minutos; aplica crema después para sellar la hidratación.
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Mascarilla de arcilla: solo en zonas grasas; 5–8 minutos para evitar resecar la piel.
Mito #5: “El protector solar asfixia la piel”
Realidad: El SPF forma una película protectora; no bloquea la “respiración” de la piel (la piel no respira).
Consejos de expertos:
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Aplica la regla de los 2 dedos para rostro/cuello; reaplica cada ~2 horas al aire libre.
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Elige texturas agradables (gel-leche para piel grasa; loción/crema para seca) para mantener la constancia.
Conclusión: Cada producto es una herramienta. Usa la correcta para cada propósito y tu rutina será eficaz y elegante.

